Cuando las moscas parasitan
DOI:
https://doi.org/10.47196/da.v29i3.2489Palabras clave:
moscas, pielResumen
La hembra, ladina, calculadora, va y pone sus huevos en un mosquito. Y cuando el mosquito pica a un ser humano, los huevos eclosionan y las larvas se meten debajo de la piel; crecen allí durante 6 semanas, en nuestro cuerpo, dentro de nosotros. Eso fue Charo, una mosca caníbal que se metió debajo de la piel de nuestra familia; otras mujeres que revolotearon a mi marido -a mi exmarido- podrían haber sido tábanos, o moscas de la fruta, o la mosca gorda de la madera. A la larga, inofensivas. Charo no, Charo fue caníbal, creció y creció dentro de nuestro matrimonio hasta hacerlo estallar, saliendo a la luz en un intento de vivir con libertad eso que había engendrado. No usé una palmeta, pero resolví el asunto (¡Pum!). No pido aprobación, solo que entiendan o al menos que escuchen mi versión de por qué hice lo que hice, y por qué Charo es, para mí, la Dermatobia hominis.
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